Vale, ni todo es Internet ni podemos pasar absolutamente de Internet. Decían aquello de que en el término medio está la virtud; seamos pues virtuosos holísticos y tengamos una visión amplia en esta modernidad líquida que nos ha tocado vivir.
Quizá la primera burbuja de Internet se produjo porque se pensó que Internet lo sería todo, que dejaríamos el mundo físico para vivir sólo una existencia digital, un mundo de geeks. La otra cara de la moneda: no se me ha perdido nada en Internet es de un reduccionismo absurdo pero real. Dos caras de la moneda. Que sea la misma y nos quedamos con la moneda.
Las redes sociales no son un invento de Internet, han existido siempre, igual que el comercio o la información. Pasa que ahora, con Internet, las relaciones espacio tiempo cambian. Hace unos años estar en Internet, aprovechar las ventajas de Internet, nos daba ventaja competitiva. Ahora, si no estamos en Internet perdemos oportunidades.
No lo planteamos como blanco o negro sino con mil matices de grises. Híbrido: elementos de distinta naturaleza: analógica y digital. Saluda a tus clientes por la calle pero mantén el contacto con ellos en Facebook, cuida tu tienda física pero no renuncies a un escaparate frente al que pasan miles de millones de personas, apunta las cosas en una libreta pero serás más eficaz con un CRM…
En definitiva, vivimos en un mundo híbrido, analógico y digital: mantén los pies en el suelo y la cabeza en la nube.